Desconcéntrate y eleva tu productividad 😉.
La profesora Bárbara Oakley, en su libro Abre tu mente a los números (2016), en línea con los avances de la neurociencia sobre la comprensión de nuestro cerebro, sugiere que hay dos formas en las que éste opera, a una la llama modo concentrado y a la otra modo difuso, el primero modo se activa cuando pones tu atención y enfoque en algo y el segundo cuando te relajas y dejas vagar a tu mente, una idea que se corresponde con la del pensamiento vertical y lateral del célebre psicólogo y autor Edward de Bono.
Todos sabemos que es fundamental concentrarnos en nuestras tareas para llevarlas a buen término pero Oakley destaca por igual la importancia de distraer la mente de vez en cuando, un desahogo que podría pensarse como un desperdicio de tiempo pero que posibilita que otras áreas de tu cerebro conecten y te ayuden a alcanzar hallazgos de forma más eficiente y creativa.
Los eureka de tu vida no vienen porque sí, lo que llamas inspiración llega cuando tu mente inconsciente recoge ideas y cavilaciones que hiciste antes pero que no llegarían si, en principio, no les das espacio.
Cuando trabajes de lleno en algo, haz pausas, desbloquearás así la posibilidad de que tu mente haga conexiones por su cuenta. Ten un receso, sal a caminar, incluso duerme un poco, Edison cuando enfrentaba un problema intenso tomaba una siesta aunque lo hacía sentado y sosteniendo una bola de metal en la mano, así, si tendía a dormirse en vez de solo relajarse, soltaba la bola y el golpe lo despertaba, era su forma de acceder conscientemente a recursos mentales profundos, una forma extraña pero efectiva de soñar despierto.
Especialmente, cuando te sientes atascado frente a una tarea, considéralo una señal de que es momento de hacer un break, de mover tu atención a otra cosa, aprovecha que de forma natural tu mente seguirá trabajando en segundo plano, ella nunca para.
Es obvio que hay que ser persistentes para terminar una tarea o alcanzar una solución, pero darle vueltas a algo sin descanso terminará por bloquearte, tu cerebro estresado pierde la capacidad de hacer conexiones valiosas, recuerda cómo en la universidad te vino la solución a la mente justo cuando saliste del examen.
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Deja que tu atención se desplace de vez en cuando, la relajación es parte de un trabajo terminado y bien hecho. Programa pausas, desde luego con responsabilidad, si interrumpes tu trabajo más de la cuenta afectarás tus resultados; encuentra tu balance pero accede a tus recursos mentales completos.
Hazlo con Maestría.
Fe y oficio.
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