¿Qué haces cuando la vida te bloquea? abraza la serendipia.
En 1990, Joanne, una mujer escocesa de 25 años quiso viajar de Mánchester a Londres pero el tren se retrasó cuatro horas, en esa espera, la idea de una historia sobre un chico que va a una escuela de magia tomó forma en su mente, quizá si el tren no se hubiera atrasado Joanne hubiera ocupado su mente en otra cosa, lo que hoy sabemos es que en ese atasco nació Harry Potter, ¿qué haces tú cuando la vida te bloquea?
Tu mente piensa mal, siempre lo hace, es su orientación elemental y lo es porque quiere hacerte sobrevivir. Nuestros ancestros vivían en entornos hostiles y debían suponer siempre lo peor porque lo peor sucedía con frecuencia, sólo juzgando el movimiento de un arbusto como el potencial ataque de un animal en vez de tratarse solo del viento podrían tener ventaja si la amenaza se tornaba real, esa configuración cerebral te acompaña hasta ahora, en todo proyecto tu cerebro querrá anticipar todo lo que pueda representar una amenaza. Así, tu mente te mantiene lejos del peligro, pero también de la acción.
Científicos tan notables como Daniel Kahneman, premio nobel de economía en 2002 por su trabajo sobre la psicología del juicio y la toma de decisiones, han demostrado que si tuvieras un cien por ciento de posibilidades de obtener una caja de chocolates hoy, contra un 95 por ciento de posibilidades de obtener dos cajas mañana, optarías por la primera opción aún y cuando la segunda es el doble de buena y aún habiendo apenas un cinco por ciento de posibilidades estimadas de que no suceda, así somos, en México hasta refranes tenemos al respecto, decimos que más vale pájaro en mano que cientos volando, nos movemos valorando más las pequeñas probabilidades de que aparezcan sucesos que nos harían perder antes que por probabilidades, aún elevadas, de obtener ganancias.
Obviamente no actuamos de forma lógica sino emocional, defendemos nuestra temporal estabilidad de hoy frente a la promesa de un mejor futuro sólo porque éste podría no ocurrir, pero ¿qué tal si sí? Desde luego todo proyecto que asumas enfrentará fallas, incluso pérdidas, son las naturales ondulaciones de la vida, nunca tendrás siempre los semáforos en verde, deberás modificar el trayecto muchas veces, pero así como lo bueno no es para siempre bueno, lo malo no siempre será malo; recuerda la historia del anciano cuyo hijo encontró un caballo, todos en la aldea le decían tu hijo ha sido bendecido con buena fortuna, el anciano les respondía, no podemos estar seguros; una semana más tarde, el chico se cayó del caballo y se rompió una pierna, entonces los aldeanos le decían al anciano, la buena suerte de tu hijo se convirtió en mala, él sólo respondía, no podemos estar seguros; una semana después, la aldea fue atacada por otra aldea y los jóvenes fueron llamados a combate, muchos perecieron, pero no el hijo del anciano por su pierna rota… así como algo que comienza bien podría ponerse mal, porque todo se descompone con el tiempo, se le llama entropía, algo que inicia mal podría terminar estando bien.
Acepta las nuevas direcciones que te aparezcan en tu camino, se le llama serendipia a la serie de eventos afortunados que te hacen esperar en el tráfico o en una estación de tren pero que pueden descubrir mejores posibilidades para tus proyectos. Ponte en acción y prescinde de la necesidad absoluta de control, el resultado que quieras alcanzar dependerá de muchas más variables que sólo de tu entusiasmo y dedicación.
Arriésgate, si juegas videojuegos o ves a alguien hacerlo, verás que siempre querremos ir a un nivel más alto de dificultad porque cuanto más duro es el juego también más divertido es; tendemos a ir a la acción porque ahí se desarrollan las partes más interesantes, ve ahí, pondera por supuesto las probabilidades de éxito y fracaso de tus proyectos, analiza ¿qué es lo peor que puede suceder? ¿qué tan probable es que suceda? y ¿qué podrías hacer para evitar un mal escenario? y si pasara eso que ves como lo peor, valora si perderías mucho y si podrías recuperarte.
Ponte en acción, tus expectativas no generarán tus resultados, será la calidad de tu acción y sobre todo tu respuesta a las múltiples variables que atentarán contra tu propósito original lo que los genera. Actúa y ve asimilando en tu juego las cartas que te lance el camino, hazlo con Maestría.
Fe y oficio.
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