¿Planeas fallar? 😉 4 bases para hacer un plan.
“Siempre parece imposible hasta que alguien lo hace”. Nelson Mandela:
Cuando se acerca el final de un año muchos tendemos a pensar en qué haremos en el siguiente, pero también hay otros que piensan que hacer planes es inútil, especialmente porque han visto, como todos, que la vida tiene esa extraña facultad de aportar su opinión sobre lo que queremos y obligarnos a modificar nuestra visión.
Las cosas no siempre salen como pensábamos porque el futuro por definición es impredecible, nadie debería creer que lo que pone en un papel se cumplirá al pie de la letra; todo plan es una mentira, pero una en camino a convertirse en verdad; todo plan es una hipótesis, y nuestro trabajo consiste en demostrar que hay una realidad en potencia que sí puede cristalizarse.
¿Qué tan bien planeas?
El ex-Presidente de Estados Unidos General Eisenhower, que algo sabía de estrategia, decía que lo importante no es el plan sino la planeación, es importante trazar objetivos pero más importante es revisar constantemente nuestro avance para confirmarlos o bien para re-formularlos. El plan es alterable, tu actitud para planear y ejecutar y volver a planear debería no serlo.
A veces, defraudados porque no logramos lo que queríamos, un negocio, un nuevo puesto, una nueva condición personal como bajar de peso o aprender inglés, decidimos no intentarlo más, no es necesariamente que el objetivo haya sido malo, ni siquiera que el universo haya operado en nuestra contra, es más bien que no ejecutamos la combinación de recursos necesarios para conseguir lo que queríamos, y entonces tristemente optamos por vivir de acuerdo a lo que podemos y a lo que la vida nos va dando, pero no está bien ¿por qué renunciar a nuestra capacidad innata de logro? ¿por qué quedarnos del mismo tamaño? la naturaleza no lo hace y nosotros somos parte de ella.
¿Quieres hacer un negocio? ¿quieres avanzar en tu carrera? ¿quieres mejorar tus relaciones? ¿quieres mejorar como persona? haz un plan y luego trabaja duro en función de él, desde luego que no será fácil que consigas algo sobre todo si es algo que vale mucho la pena, pero puede facilitarse si tienes buenas bases, considera cuatro:
Define qué quieres lograr: ten una visión, algo que hoy no existe, algo aún no-nacido que tú quieres que nazca; el asunto no es fácil pero en mucho ayuda si preguntas, si observas, incluso si defines lo que no quieres; ¿cómo puedes saber lo que quieres si es imposible conocer todas las posibilidades? es como cuando vas de shopping, debes decidir entre dos opciones que tienes en la primera tienda pero, a menos que tengas un oráculo para poder ver todo lo que hay en las siguientes podrías perderte de mejores opciones; siempre tendrás información imperfecta o al menos incompleta, sé proactivo y define algo con qué comenzar, manteniéndote abierto a las nuevas posibilidades que aparezcan en el camino, se le llama serendipia a los accidentes afortunados que aparecerán y que podrían significar mejores opciones, por eso los planes no se cincelan en piedra, se ponen en postits listos para ser palomeados o sustituidos por otros mejores de acuerdo a la información que te va dando el camino mientras avanzas. Comienza con algo.
Define el porqué de lo quieres lograr: no quieras algo porque los demás lo quieren o solo porque parece atractivo, define el porqué de tus propósitos, ve por algo que se alinee a tus valores, suele ser tanto el trabajo para conseguir algo significativo que más nos vale hacerlo por las razones correctas o de lo contrario abandonaremos el esfuerzo. Ten metas que te inspiren, qué te llenen, que te hagan sentir bien y, ojalá, que le hagan bien a los demás. Si tienes un buen porqué, adelante aparecerán los cómos y los quiénes que te ayudarán a lograr el qué.
Define a qué renunciarás: esta es quizá la parte clave donde muchos claudicamos incluso antes de iniciar. Cuando quieres algo, por definición estás renunciando a algo más, si vas a estudiar ballet, en ese tiempo no podrás leer, si vas a entrar a una empresa no podrás entrar a otra al mismo tiempo, cada camino implica dejar otros de lado, lo cual sería fácil si se tratase de dejar un camino bueno por uno malo, el problema real radica en que muchas veces se trata de sacrificar una opción buena por otra también buena, acostúmbrate, así será el resto de tu vida y carrera, tu crecimiento tendrá mucho que ver con dejar pasar ciertas buenas oportunidades, decirles contundentemente no para concentrarte en las que consideras que son mejores para ti.
Traduce la visión a objetivos y acciones: ten una aspiración ganadoray luego dibuja la secuencia de acciones, los indicadores y el cronograma que te ayude a saber que te estás acercando, mide tu avance paulatinamente y, muy importante, traza un plazo final, lo que quieras lograr seguirá siendo solo un sueño hasta que pongas ese plazo; obviamente, asigna los recursos necesarios, especialmente tu atención, no la disperses.
Si preguntas a un físico cuántico te abrumará con la cantidad de futuros posibles que se podrían desplegar con cada decisión que tomes, cada una te llevará en una dirección y te alejará de otra, define lo que quieres, por qué lo quieres, ten claro qué dejas de lado y establece los objetivos y las acciones para lograrlo, sé intencional en todo ello, el entorno te seguirá sorprendiendo, pero con una hoja de ruta bien fundamentada y sobre todo revisada paso a paso elevarás tus posibilidades de lograr lo que quieres o de conseguir algo mejor. Nadie sabe que tomó la decisión correcta hasta que ve los resultados, así que deja la parálisis por análisis y ponte a caminar.
Esa incómoda sensación de incertidumbre que sientes es el olor de la oportunidad. Ve por tu mejor versión. Haz tu plan y ejecútalo con Maestría.
Fe y oficio.
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