Debate tus ideas 🔔 enriquece tu juicio directivo, con Maestría.

“Es mejor debatir una cuestión sin resolverla que resolver una cuestión sin debatirla”. Joseph Joubert

Hoy, todo profesional pasa una gran parte de su tiempo comunicando, o mejor dicho informando, porque no siempre escuchamos, solo hablamos, solemos preguntar ¿cómo estás? y no nos quedamos a esperar la respuesta, esa actitud se agrava cuando queremos presentar una idea o postura, planteamos lo que queremos pero pareciera que esperamos que todos estén de acuerdo y que no haya contra-argumentaciones, claramente es incómodo enfrentar un punto de vista contrario, pero no solo es necesario, nos conviene hacerlo.

¿Qué tan bien expones tus ideas?

Normalmente vemos un debate como una discusión de ideas contrarias entre dos o más personas, como una competencia, pero ese estira y afloja es en sí oportunidad para crecer a partir de una inteligencia mayor a la nuestra, la colectiva; debemos presentar y defender nuestras opiniones y convicciones pero en el marco enriquecedor de escucha a otras posturas, es clave para sostener en el tiempo cualquier idea o proyecto, no podemos pensar que en nuestro cerebro habita la verdad, de hecho, nuestro cerebro padece fundamentalmente lo que los psicólogos llaman sesgo de confirmación, dado que no le gustan los riesgos se enfoca más bien en todo aquello se parece a lo que ya habita en él, por ello te gusta relacionarte con gente que piensa como tú o estar en un ambiente donde validas lo que crees, pero esa caja de resonancia puede apartarte de otras realidades y con ello empobrecer tu criterio.

Expón tus ideas y exponte a las de los demás, considera tres pautas:

• Sustenta tu propuesta: normalmente una idea tiene que ver con un cambio, así que lo primero que debes saber es cuál es la normalidad que quieres alterar, si ves que no hay un dolor urgente a resolver, o que su costo es mayor que el beneficio, quizá debas ahorrarte la presentación de tu idea, si sí hay una necesidad imperiosa de cambiar entonces recopila datos útiles, construye evidencia y analiza los puntos a favor y en contra de tu idea, siempre hay de los segundos, identifícalos antes de que quienes te escucharán lo hagan por ti. Muy importante: asegúrate siempre de contar con más información útil de la que vas a exponer, si tienes más conocimiento podrás ofrecer mejores ideas.

• Diseña tu argumento: resalta los principios que defiende tu idea (una mayor rentabilidad o un mejor trabajo en equipo por ejemplo), enuncia precedentes a tu proyecto (iniciativas previas que puedan servir de marco de referencia sobre lo que se puede lograr), define los beneficiarios, el impacto que se logrará y sintetiza todo, ve al punto, no escribas un guión más bien haz una lista de puntos o palabras clave, eso te dará flexibilidad al hablar mientras mantienes el enfoque en lo que quieres decir. 

• Acepta la refutación: abraza ideas externas, especialmente las que vayan en contra de lo que propones, suele haber en ellas una óptica que no considerabas y que podría ser útil para tu proyecto; como dice Vivian Garciacano, campeona mundial de oratoria en su libro Aprende a debatir (2020:81), lo interesante de discutir es llegar a una verdad que no tienes hoy, algo más grande de lo que piensas, para ella, los argumentos a favor o en contra de tu propuesta son material constructivo, aprovéchalo. Anticipa las refutaciones, haz tu análisis previo de lo que podría sumar o restar viabilidad a tu iniciativa, sé exhaustivo, recopila más información de la que esperas presentar así contestarás con mayor destreza.

El discurso es una herramienta poderosa, úsalo y ábrete a las ideas de los demás, hoy necesitamos una comunicación abierta, democrática y meritocrática, ocupamos que las mejores ideas surjan y se apliquen, aporta las que tengas en mente, cuestiona sus supuestos y anima y agradece a otros cuando las cuestionen también; si tú eres la oposición, haz una refutación activa, no interpeles todo lo que escuchas, especialmente si no tienes bases, más bien pregúntate si tu refutación hará notar un punto ciego a tu colaborador, si no abonará a su propuesta mejor ahórratela.

Entra a la discusión, en el peor de los casos re-afirmarás tus ideas, en el mejor contribuirás a construir conocimiento que nos hará mejores a todos, hazlo con Maestría.

Fe y oficio.

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