¿Te rodeas de la gente adecuada? 🙂 Parte 2

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Los cinco mejores jugadores del mundo en el mismo equipo y en la misma cancha no crean valor a menos que interactúen adecuadamente.

Quienes gustan del futbol soccer saben que típicamente el mejor del mundo está en Europa, ahí suelen estar los más grandes jugadores de ese deporte, pero el crecimiento de cada uno no radica tanto en su desempeño individual como sí en la competitividad resultante de cada liga lograda por las contribuciones de todos.

Se dice que hay un error mereológico cuando se da a las partes de un conjunto atributos que sólo puede adscribirse al conjunto en su totalidad; así, pensar que solo con dinero se puede crear un negocio, que con una patente se puede hacer riqueza o que con un solo curso avanzarás en tu carrera sin pensar en todo un ecosistema de actividades escalonadas que en conjunto potencie el impacto de cada parte, es un error mereológico.

Es fácil deducir que entre más gente aporte valor a tu red, más valiosa ésta será, es la Ley de Mercalfe: la utilidad de una red aumenta exponencialmente con el número de usuarios. No necesitas una fortuna para crear un negocio o para potenciar tu carrera, necesitas participar de un nido de cómplices.

El ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) propició que muchas empresas mudaran su producción a ese país, esto la convirtió en el gran nodo. Estados Unidos fue alcanzando la madurez económica al crear su propio ecosistema atrayendo cerebros de otros países, cada uno aportando consciente o inconscientemente para convertir a ese país en una potencia. Intégrate a un ecosistema robusto, a una comunidad donde esté lo último en el conocimiento que quieres aplicar, un nido que integre lo mejor del mundo en lo que haces o quieres hacer.

Entre 1750 y 1850, los británicos lograron muchas invenciones. Existe una imagen titulada “Los Hombres de Ciencia de la Gran Bretaña de 1807-8”, que muestra a ingenieros y científicos, todos vivos al mismo tiempo, entre ellos quienes crearon los canales, los túneles, la máquina de vapor, las locomotoras y la vacuna contra la viruela; como dice Ridley (2010:217): “uno ve la imagen y se pregunta: ¿cómo es que un solo país tenía tanto talento en un mismo lugar”; dos siglos después puedes poner en una foto a muchos de los destacados emprendedores de Silicon Valley y preguntarte igualmente cómo es que Jobs, Zuckerberg y Musk, por ejemplo, hayan vivido en una misma época y compartido un mismo código postal, es clara su genialidad pero ¿será eso o será la fricción entre ellos y sus ideas?, ¿será su talento o la calidad de las relaciones alrededor?

En 1946, cuando se debatía dónde establecer la sede permanente de la ONU, sobresalió Nueva York como una metrópoli influyente; al igual que Roma en el siglo I, Constantinopla en el V y Londres en el XIX, Nueva York, sin ser el gran nodo que hoy todos conocemos, figuró, no sin dudas ni oposición de liderazgos europeos, como la potencial capital no oficial del mundo por contar con una multitud de nodos con suficiente interacción entre sí.

Nuestra historia económica y social demuestra una y otra vez que la aparición de una o más personas haciendo algo con Maestría facilita que otros quieran hacer lo mismo e ir más allá.

Hace algunos años, el Banco Mundial publicó un estudio de riqueza intangible, sumó el capital natural (recursos, tierras) y el capital de producción (herramientas, propiedad), concluyó que los estadounidenses disponen de al menos diez veces más capital intangible que los mexicanos, tienen instituciones, reglas, más educación y formularios más simples; así, entre otras cosas, los países ricos lo son en gran medida no solo por las habilidades de sus ciudadanos sino por la calidad de las instituciones que circundan y apoyan la actividad económica. No hay pueblos con un chip empresarial de origen, sino ambientes que inhiben o estimulan a la gente a crecer.

La tenemos en contra en nuestra región latinoamericana, emprender un negocio o hacer crecer una carrera cuesta más que en economías más desarrolladas, pero es lo que tenemos y antes de pensar en migrar hacia allá, idea que no está nada mal, conectemos con gente valiosa alrededor, afortunadamente la hay.

Construyamos relaciones valiosas.

 
 

Fe y oficio.

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