Di a tu equipo lo que se debe cuando se debe. 📢
Hay dos tipos particulares de conversación que se deben hacer desde la Dirección, las de seguimiento o rendición de cuentas y, muy en relación con éstas, las de atención a problemas… pero no siempre se hacen.
El especialista en comportamiento organizacional Kerry Patterson (2013), en su libro crucial accountability, llama conversaciones cruciales a aquellas en las que hay mucho en juego, en las que las opiniones varían mucho o en las que las emociones se intensifican, se trata de un tipo de interacción desafiante, normalmente frustrante y hasta molesta y que, por razones elementales de supervivencia, solemos evitar, lo cual no debería pasar y menos en la Dirección, pero pasa.
Como dice Patterson (2013, p.246), al centro de casi todos los problemas crónicos en las organizaciones están las conversaciones cruciales que no se tienen; disponte a tener las tuyas, disponte a interactuar y a discutir lo que importa cuando más importe, no le des la vuelta, el liderazgo suele ser algo cara a cara.
Para Patterson, no atender un problema esperando que se resuelva con el tiempo es como dejar queso rancio en el refrigerador y pensar que después sabrá mejor.
Entabla tus conversaciones cruciales; ármate de datos y hechos, no hagas suposiciones ni aceptes rumores, pero ármate también de cierto control emocional cuando entres a una discusión, y si ésta se va poniendo tensa haz una pausa, el cuerpo humano desde tiempos ancestrales responde al peligro bombeando sangre a los brazos y piernas para que podamos huir, ante una situación estresante tu cerebro se va quedando con menos sangre para pensar, lo cual te hace enfrentar conversaciones desafiantes con una mente disminuida.
Una de las habilidades clave en la Dirección es la política directiva, es decir, hablar de lo que se debe cuando se debe, gestionar acuerdos y lograr consenso y avance a través de él, habrá momentos en los que debas imponer tu autoridad pero ese debería ser tu último recurso, por lo general debes negociar y acordar, como dice Patterson, tu poder moverá a la gente, pero no la conmoverá, y necesitas de lo segundo.
El uso de la autoridad puede garantizar el cumplimiento en el corto plazo pero no siempre en el largo. Desde inicios del siglo pasado el psicólogo Kurt Lewin en sus estudios sobre estilos de liderazgo decía que el estilo autoritario genera resultados mientras estás en la sala, pero no cuando sales de ella.
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Comunícate más y mejor con tu equipo, genera interacciones frecuentes con tus colaboradores y no sólo cuando haya problemas o desviaciones sobre los objetivos, no seas un mero proveedor de llamadas de atención, sé más bien un generador constante de un ambiente favorable para que todos consigan lo que prometen, hazlo con Maestría.
Fe y oficio.
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