Crece con Maestría

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Piensa un número 😉 Usa bien y expande tus ingresos.

Incrementar tus ingresos no es sinónimo de independencia financiera pues tus gastos tenderán a crecer hasta toparlo y es así porque el dinero sólo acentúa los patrones que ya dan vueltas en tu cabeza, si antes gastabas más y no te alcanzaba, hay altas posibilidades de que cuando ganes más la maldición se repita.

Cada año, los estudios en todo el mundo revelan un aumento constante de la deuda en tarjetas de crédito, incumplimiento de pagos y quiebras personales, ¿cuál es la razón? Quizá nuestra forma de pensar sobre el dinero.

¿Cuál es la tuya?

  • Administra tu dinero: no gastes lo que no tienes, no gastes lo que aún no te llega y, cuando llegue, no lo gastes todo. Algunos autores que no se trata de tener más dinero sino de cambiar nuestra forma de pensar sobre él, cuando alguien recibe ingresos adicionales no tarda en volver a encontrarse en los mismos aprietos en que vivía antes de recibir ese aumento. Cada que tengas un incremento invierte en automático al menos la mitad de ese incremento, de cualquier forma no lo tenías antes, y aprende a vivir con el resto. Construye un margen, vivir de la quincena es no tener margen, mil pesos invertidos es tenerlo. Hay quien interpreta la palabra job (trabajo, en inglés) como el acrónimo de just over broke (casi quebrado, en español), acaso porque en la práctica muchas veces es así. El judaísmo ve el dinero como una forma de prosperar y crear comunidad; el Talmud sugiere que dividamos el dinero en tres partes: un tercio en tierras, otro tercio en mercancía y el otro a la mano; el budismo propone dividirlo en ahorros, gastos y apoyos sociales, ¿cuál es tu fórmula?.

  • Crece tus ingresos e invierte: recuerda eso no depende del jefe o del Gobierno, sino de tu capacidad de crear valor; ponte una meta de crecerlos al menos diez por ciento cada año, si lo haces a lo largo de tu carrera verás que a partir de tu última década productiva tendrás un cheque considerable mes a mes. Según los actuarios, si desde los 21 años y hasta los 65 invirtieras disciplinadamente 100 dólares mensuales en un instrumento financiero que te diera al menos siete por ciento anual, al final del plazo poseerías casi un millón de dólares. Suena fuera de proporción si haces un cálculo aritmético pero no es aritmética la que te hará tener un mejor futuro sino aprovechar el poder del interés compuesto a tu favor, ya sabes, la bola de nieve que se genera con los intereses de los intereses. Determina el monto que ganas por hora dividiendo tu ingreso anual entre dos mil (ocho horas por 250 días de trabajo anual en promedio), si sabes de alguien que gane más por hora haciendo lo mismo que tú, pregúntale cómo lo hace y hazlo tú también. No hagas nada que pague menos del valor que generas, sé músculo, no grasa, conviértete en uno de los más valiosos y mejores pagados en tu campo, contrario a lo que pudieras pensar, no depende más del tabulador de compensaciones de tu empresa que del impacto de los proyectos que planteas y ejecutas.

  • Domina los intereses: Decía el ex-Secretario de Estado de Estados Unidos, Reuben Clark, que “el interés nunca duerme, ni se enferma ni muere; nunca se hospitaliza, trabaja domingos y días feriados (...) nunca pierde cosechas ni sufre a causa de la sequía (...). Tan pronto como adquirimos una deuda, el interés nos acompaña cada minuto del día y de la noche, no podemos esquivarlo ni apartarnos de él, no podemos despedirlo, no cede ante súplicas, exigencias u órdenes y nos aplasta si en algún momento nos atravesamos en su camino o nos apartamos de su ruta”. Ponte del lado correcto, quienes entienden de intereses, los reciben, quienes no, los pagan.

  • No te pongas límites: deja de pensar en ingresos semanales, quincenales o mensuales, y piensa en ingresos anuales, no es un cambio menor, es profundo, dispondrá a tu mente a ver el largo plazo, el patrimonio en vez del cheque. Imagina una lata de refresco, en vez de decidir cuánto tomar de acuerdo a nuestra sed decidimos si tomamos la lata entera o no, acotamos la decisión al volumen de la lata, es nuestra medida para decidir cuánto refresco tomar, los científicos sociales llaman a esto ancla para tomar decisiones, de alguna forma aplica igual para el tamaño de nuestro cheque. La decisión de cuánto ganar se ancla al nivel en que vivimos, a lo que conocemos y medianamente a lo que aspiramos, ¿qué tal si pensáramos en un número diferente?, ¿qué tal uno más grande? Si quieres crecer tus ingresos comienza por expandir tu mente 😉. Lincoln decía que el hecho de que algunas personas se vuelven prósperas es prueba de que otros pueden hacerlo también, rechazaba la idea de que nuestras actividades tienen límites pre-establecidos, aseguraba que con la debida dosis de diligencia cualquier cosa hecha por seres humanos puede ser superada por seres humanos.

Piensa en ganar más y actúa en consecuencia. El dinero no es bueno o malo, ni limpio o sucio, solo es abundante o escaso, es un instrumento, se necesita y se debe usar bien. El dinero ayuda a que las cosas sucedan, ¿qué quieres que suceda en tu vida? El dinero no hace a la persona, es al revés; haz el tuyo, ¿cuánto?, “lo suficiente como para no limitar tus pensamientos” a decir de Daniel Marcos, CEO de Growth Institute; asegúrate de que cuando quieras invitarle un helado a tu pareja puedas hacerlo, que cuando quieras viajar no lo impida tu bolsillo.

¿Cuánto dinero necesitas para que el dinero deje de ser un problema en tu vida?

Según expertos en planes de retiro a los 60 años debes tener ahorros por al menos 15 de ingresos.

Diseña tu número, uno que exprese la cantidad de dinero que debes generar para vivir tu vida como la quieres, lo cual es especialmente importante por la natural posibilidad de estar físicamente incapaz de seguir produciendo en algún momento en el futuro.

Hoy es el momento ideal de diseñar tu número y crear decididamente el valor que lo haga posible.

Actúa con Maestría.

 

Fe y oficio.