Probar o desistir: dos recursos ante el fracaso. 😎
Es importante ser positivo al hacer nuestros proyectos pero debemos aceptar también la posibilidad de que no se cristalicen como esperamos.
Nadie inicia algo pensando en que le irá mal pero esa es una probabilidad que existe, debes calcularla y tomar decisiones para minimizar su posible daño; al respecto dos sugerencias:
Inicia con la versión más básica de lo que quieres hacer, si piensas en un cambio de comportamientos en toda tu empresa comienza en un grupo pequeño y ve escalando conforme obtengas los resultados que esperas, si estás lanzando un nuevo producto no mandes hacer miles de etiquetas hasta que el tiempo y tus clientes te digan que ese eslogan o fotografía es la que mejor conecta con ellos, en todo proyecto habrá siempre muchas cosas fuera de tu control y de tu conocimiento y por ello debes ir con prudencia y con la disposición a aprender. Solo hasta que uno sabe cocinar pone toda la carne en el asador, antes de eso pone poca y conforme se va viendo que el asado toma la forma que uno espera hasta entonces echamos el resto.
Ten la humildad de aceptar desde el principio que tus planes quizá no funcionen o al menos no en la forma como los configuraste y, a riesgo de que te digan paranóico/a, anticipa por dónde puede venir el fracaso, así, si éste se presenta, podrás responder mejor y, si se trata de un fracaso absoluto, perderás lo menos, y esta es la segunda aunque poco popular sugerencia: identifica con rapidez si debes desistir.
A veces se gana y a veces solo se aprende, desistir no es la primera palabra en la que piensa alguien que inicia un proyecto, menos en una cultura como la latinoamericana en la que solemos sobredimensionar nuestras posibilidades de éxito presumiendo que nos moriremos en la raya pero lograremos lo que nos propusimos.
La realidad tiene sus formas de decirnos que hay cosas que no pasarán por más que nos esforcemos, si es el caso entiéndelo pronto y lleva tus activos a otra parte, esa de hecho es la definición elemental del emprendedor: alguien que mueve sus recursos de un lado a otro donde éstos pueden producir más.
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A veces hay que renunciar sin importar si ya invertimos mucho antes, no tiene sentido seguir en una dirección si las condiciones no nos favorecen, piénsalo: continuar haciendo algo que no va a ningún lado no te hace un héroe, te arruina. A veces lo mejor que podemos hacer es dejar inacabado un proyecto en el que estamos perdiendo antes de perder más.
Emprende tus iniciativas pensando en grande, pero inicia poco a poco y ve respondiendo conforme te retroalimente el camino, y si hay que desistir, decídelo a tiempo. Proyecta con Maestría.
Fe y oficio.
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