El sindrome del impostor está obstaculizando tu carrera 😮 ¿qué es?
¿Qué tan capaz te sientes realmente para asumir grandes responsabilidades y lograr grandes cosas?
Existe algo que se llama el síndrome del impostor, expresión que apareció por primera vez en 1978 gracias al trabajo de las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes por entonces estudiaron a muchas mujeres profesionalmente exitosas descubriendo en todas ellas que aún siendo sobresalientes no creían merecer su éxito; hoy sabemos que ese síndrome afecta por igual a mujeres que a hombres y consiste fundamentalmente en no sentirnos a la altura aún y cuando hayamos venido demostrando sí estarlo.
Se trata de una conversación interna que nos convence de que lo que logramos pudo haber sido hecho por cualquier otra persona, que lo logramos por suerte o simplemente que es algo que no merecemos, entonces nos sentimos impostores, ocupando un lugar que debería ser para alguien con más mérito.
Es normal sentir esa inseguridad cuando enfrentamos un nuevo reto pero debería desaparecer conforme avanzamos, no debería quedarse ahí, es importante tener autocrítica pero no siempre autocensura; sin irnos al otro lado asumiendo responsabilidades para las que no estamos preparados o adjudicándonos éxitos que no nos corresponden, debemos dominar esa voz interna y aceptar que merecemos nuestros éxitos.
El síndrome del impostor suele aparecer cuando te exiges mucho, cuando buscas perfeccionismo, cuando te comparas con los demás o simplemente cuando tienes miedo a fracasar, deja todo eso y trátate bien, busca progreso y no perfección, asume que habrá tropiezos en tu avance pero que igual podrás superarlos, compárate con los demás pero solo hasta el punto en que eso te dé información sobre lo que debes seguir mejorando, y desde luego desafíate, aún con miedo, no ajustes tus expectativas para menos, mejor establécelas alto y disponte a trabajar inteligentemente para obtener los recursos que te lleven ahí.
El síndrome del impostor nos hace evitar correr riesgos, postergar tareas, nos aleja de participar en misiones con las que podríamos crecer y contribuir mucho, en general nos hace operar debajo de nuestro potencial real y, lo peor, debajo de quienes no tienen la capacidad pero sí el cinismo de alzar la mano; lo opuesto al síndrome del impostor podría ser el efecto Dunning-Kruger (del cual hablamos en un Masterhack anterior, aquí), con el que la gente incompetente no ve su propia incompetencia pero que, a diferencia del impostor que tú llevas dentro, sí se apunta a hacer las cosas aún y cuando no es tan capaz para ello como quizá tú sí.
👉 Lee también: Centennials y productividad con Maestría. 😎
Deja de enojarte cuando otros avanzan teniendo menos credenciales que tú y mejor ármate de una nueva mentalidad que te permita entregar todo tu potencial en lo que haces, no estés secretamente preocupado/a por no ser tan capaz como crees, enriquece tu mentalidad para seguir creciendo, con fundamento desde luego, hazlo con Maestría.
Fe y oficio.
Comparte 👍 y suscríbete.