En un célebre artículo titulado Despertar a IBM, el consultor empresarial Gary Hamel reseñó cómo esa empresa volvió al crecimiento luego de varios años de estancamiento, lográndolo no como resultado de una estrategia de la alta dirección sino gracias a la terquedad de dos de sus colaboradores.

En 1994, el programador David Grossman, que ni siquiera estaba en el corporativo, notó que durante los Juegos Olímpicos de Invierno de ese año, IBM, aún siendo el patrocinador responsable de recopilar y mostrar los resultados del evento, tenía un sitio web muy poco funcional, lo cual era reflejo del casi nulo interés que IBM ponía por entonces a la internet.

Grossman quería atraer la atención de la directiva al respecto de tomar ventaja sobre esa nueva tecnología pero solo consiguió una reunión con tres gerentes de nivel medio, afortunadamente uno de ellos era John Patrick quien, al igual que Grossman, creía que la gente pronto haría operaciones comerciales e incluso bancarias por internet, así que se comprometió con Grossman a conseguir apoyo de la directiva para desarrollar aplicaciones digitales… pero no le fue bien, solo obtuvo de los ejecutivos un ¿y-cómo-ganaremos-dinero-con-eso? algo normal en la alta dirección de esos días, el propio Bill Gates tachaba a la internet de moda pasajera.

¿Cómo puedes vender una idea sobre el futuro si por definición no tienes certeza de que será como lo piensas?

En 1996 se realizaría la legendaria partida de ajedrez entre el campeón mundial Garry Kasparov y la supercomputadora de IBM Deep Blue, hoy sabemos que todo el mundo querría ver cómo le iría al cerebro humano contra la máquina, pero IBM no lo vio así, la empresa volvió a montar un mal sitio web que terminó cayéndose por todo el tráfico que recibió.

Lo bueno es que ese incidente al fin haría que los directivos vieran que la Internet sí llegaría a ser algo muy grande, Patrick y Grossman finalmente obtendrían recursos para montar un sitio robusto en los Juegos Olímpicos de 1996, uno que resistiría 17 millones de visitas por día, posibilitaría 5 millones de dólares en venta de boletos y, sobre todo, sentaría las bases de un muy rentable crecimiento para IBM.

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Según Hamel, la forma más rápida de hacer que tu organización cambie es trabajando de fuera hacia dentro, escuchando a tu mercado; hazlo de la mejor manera, a través de tu equipo de línea, ellos tienen información e ideas de primera mano que podrían detonar la evolución de tu organización.

Para Hamel, Patrick y Grossman fueron dos héroes poco probables, nadie hubiera creído que ellos impulsarían el crecimiento que IBM no logró en sus dos décadas previas, pero así pasa.

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Fe y oficio.

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