Metodologías ágiles ¿por qué usarlas? 😎
Decía Dwight Eisenhower, General y luego Presidente de los Estados Unidos, que lo importante no es el plan sino la planeación, tenía que decirlo alguien que orquestó operaciones durante la segunda guerra mundial, un entorno en que las condiciones cambiaban en todo momento, algo muy parecido a la actualidad.
Planea pero no pienses en tu plan como algo inalterable, no lo es.
Solemos abandonar nuestros propósitos porque las cosas no salen como esperamos pero eso siempre será así, las cosas nunca son al final como las imaginamos, y si lo son, quizá imaginamos poco.
Para el autor y especialista financiero Nassim Taleb, si pasas mucho tiempo con la nariz pegada en tu mapa tenderás a confundir ese mapa con el territorio, la realidad es diferente a como se dibuja en tu mente, escapa siempre a los bien calibrados números en tu excel y a la línea recta que trazaste en tu pizarra hacia tu resultado, tus números se descomponen y tu trayectoria, si la concluyes, termina siendo en retrospectiva una línea en zig zag, acéptalo y deja de ver tus planes como un decreto o una camisa de fuerza, ábrete más bien a jugar con lo que emerja en el camino.
Tu estrategia inicial no debe ser tu prioridad, debe serlo tu estrategia emergente, la que se va configurando sobre la marcha.
En los últimos años han aparecido lo que hoy llamamos metodologías ágiles, googlea sobre ellas, hay varias, Scrum o Design Thinking por ejemplo, son secuencias de acciones para avanzar en tus proyectos bajo un supuesto básico: dado que no has estado en el futuro, no sabes cómo te va a ir, y como siempre tendrás recursos limitados, en vez de poner todo en pos de una iniciativa te conviene ir con tientos, probando en corto hasta conseguir el resultado que quieres.
El siglo pasado nos enseñamos a que hay que hacer las cosas a la primera, lo cual es entendible si ya sabemos hacer algo pero ¿y si aún no lo sabemos hacer? Adopta una metodología ágil o crea la propia, todas más o menos coinciden en tres pasos elementales: primero, analizar lo que se debe lograr, lo cual se hace mejor frente a los clientes o al lado de tu equipo de línea, ellos tienen más verdad de la que dispones tú en tu monitor; luego desarrollar una hipótesis o estrategia inicial y entonces, y esta es toda la clave, ir a experimentar e iterar, significa probar y ajustar constantemente tus supuestos, tú creías que el color elegido es el bueno pero el mercado te va diciendo que no alcanza para destacar, creías que construir es mejor que rentar pero tu equipo de ventas te dice que la flexibilidad de cambiar de zona es clave para crecer; trabaja por sprints, como en las carreras, trazas metas intermedias para hacer entregas parciales de tu solución final y ve acoplándote a la forma en como el cliente vaya respondiendo.
Mantente ágil, revisa todo el tiempo tu estrategia, analiza constantemente si estás aportando el valor prometido, la información que necesitas para ganar se descubre en el camino, permítete a ti y a tu equipo obtenerla e incorporarla a tu quehacer, es como cambiar las llantas a un auto en movimiento, difícil por supuesto, pero esa es la manera de lograr las cosas hoy, hazlo así, hazlo con Maestría.
Fe y oficio.
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