¿Qué mueve realmente a tus colaboradores?

siempre pensamos que es el dinero pero no necesariamente es así, quizá el dinero que ofrezcas atraiga a alguien a tu organización pero lo que hará que se quede contigo y que sea productivo/a es otro tipo de incentivos más poderoso.

Considera tres: primero, el reconocimiento, otórgalo apenas se logre una meta y hazlo en público, ser reconocido frente a los compañeros es altamente gratificante, podrías incluso potenciar el efecto si diseñas dinámicas en las que entre ellos se nominen y se reconozcan mutuamente.

Segundo: desafíos, asigna tareas y proyectos que reten las capacidades de tu equipo, todo colaborador quiere crecimiento, estimula su aprendizaje y desarrollo con tareas que eleven su nivel del juego.

Tercero, quizá de lo más importante, libertad, deja que elijan cómo ejecutar sus tareas y lograr sus objetivos, tú aclara la meta y las expectativas y luego hazte a un lado para que ellos decidan cómo alcanzarlas, deja que tengan control sobre lo que hacen, aprovecha su empuje natural, tal autonomía no sólo derivará en un mayor rendimiento sino también en innovación, pronto verás nuevas enfoques que ayudarán a tu organización a ir más allá de lo que se ha hecho siempre.

No pienses sólo en entregar cheques como forma de mover a tu equipo, ese tipo de motivación extrínseca no resiste el largo plazo y nunca es suficiente, dedícate más bien a asegurar que el trabajo de cada colaborador sea en sí mismo intrínsecamente gratificante, que sea ocasión permanente para sentirse reconocido, desafiado y con la libertad de resolver sus asignaciones a su manera.

Cuando tu gente no está a gusto, se activa un círculo vicioso en el que debes ejercer más control para asegurar que las cosas sean hechas y entonces debes pagar más para que no se vayan por sentirse mal bajo tanta observación, las personas no respondemos bien solo a incentivos económicos y definitivamente no respondemos bien a controles unilaterales.

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Sé un buen líder, genera un espacio al que la gente quiera venir a trabajar con gusto a la mañana siguiente, los colaboradores suelen irse más por un mal jefe que por un mal trabajo, apórtales valor, no quieras sólo extraer valor de ellos ni quieras cuidarlos solo para que no dejen de presentarse en los siguientes días, detona su compromiso y hazlo desde dentro, tu organización tendrá más productividad y rentabilidad y ellos obtendrán mayor satisfacción personal.

Haz que tu gente se mueva sola, hazlo con Maestría.

Fe y oficio.

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