¿Te ha pasado que quieres razonar con alguien y no lo consigues?

En 1976, el economista italiano Carlo Cipolla, publicó su ensayo Allegro ma non troppo, o alegre pero no demasiado, en el que postuló cinco leyes de la estupidez humana, lo hizo creando una matriz en la que segmentó cuatro personalidades: bandida, incauta, inteligente y estúpida, la hizo contrastando dos parámetros, ganancias y pérdidas, tanto personales como de los demás.

En los cuadrantes resultantes, Cipolla identificó como bandidos a quienes buscan beneficios para sí mismos pero no para los demás y como incautos, en el extremo opuesto, a quienes generan ganancias a otros pero no a sí mismos, éste cuadrante podría ser también el de los ayudadores, esa gente que te ayuda a ganar aunque ellos pierdan algo, los padres, la familia o los amigos por ejemplo, suelen apoyarte aceptando recibir menos de lo que te dan; en su tercer cuadrante, Cipolla situó quizá a los mejores, los inteligentes, quienes buscan ganancias para sí y para los demás y en el cuarto colocó a los peores, los estúpidos, quienes buscan lo opuesto, perjudicar a los demás sin importarles si ellos mismos terminan perjudicados, éste último caso da forma a la tercera ley de Cipolla: un estúpido es alguien que daña a los demás sin obtener ganancia a cambio o incluso dañándose a sí mismo; es algo como los villanos de las caricaturas que quieren acabar con el mundo sin detenerse a pensar en dónde vivirán ellos mismos después.

Las dos primeras leyes señalan que siempre habrá más personas en este cuadrante de las que crees y que tal nivel de estupidez resulta independiente de cualquier otro rasgo que tenga la persona, es decir, sin importar el nivel intelectual o demográfico, estará presente en todo tipo de grupo social.

La cuarta y quinta ley advierten que siempre subestimaremos el potencial dañino de ese tipo de personas y que, aunque deberíamos, no las veremos como el tipo de persona más peligrosa del mundo, esto pasa según Cipolla porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y comprender un comportamiento irracional y ahí es donde los insensatos ganan.

Un bandido quiere ganar algo, de forma injusta o ilegal pero lo hace bajo una estructura racional que se puede predecir y por ende evitar, pero ante una persona insensata eso es imposible, ella te afectará sin motivo pues no busca una ganancia sino solo ver el mundo arder, no la puedes predecir pero aunque lo hicieras no podrás organizar una defensa racional porque su ataque carece de estructura, por ello es el tipo más peligroso de persona en el mundo, si tienes una enfrente, aléjate, no intentes razonar, nunca lograrás que entienda algo alguien cuya motivación esencial es no entenderlo.

Según Cipolla, si todos fuéramos bandidos, nuestra sociedad se estancaría pero nada más, la riqueza y bienestar se transferiría hacia los bandidos y ya, pero si la estupidez es mayoría, la sociedad no solo se estancará sino que se empobrecerá, pues no habrá transferencia de recursos hacia nadie, solo su destrucción, y sólo porque sí.

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Aléjate de la estupidez, mantente creando valor y conectando con gente que como tú quiera un mejor lugar donde vivir. Con cada acción o inacción obtienes una ganancia o una pérdida y al mismo tiempo causas una de ambas en los demás, así que juega de forma responsable, juega en el cuadrante inteligente y ayuda a que ganemos todos, pero hazlo protegiéndote, es naturaleza humana buscar el beneficio personal ante todo pero hay algunos, más de los que crees, que además de no solo no pensar en los beneficios de los demás tampoco piensan en los propios.

Para Cipolla, a diario perdemos algo por la acción improbable de alguna criatura absurda que no tiene nada que ganar y que, de hecho, no gana nada, pero que al parecer disfruta causándonos daño.

Mantente alerta, alimenta tu juicio y tus herramientas mentales, hazlo con Maestría.

Fe y oficio.

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