“Si buscas dinero desesperadamente con la creencia sincera de que nunca podrás ser feliz sin él y piensas seriamente que perseguir el dinero es una ocupación significativa, es poco probable que tengas éxito”. Felix Dennis, emprendedor y autor.

Hace medio siglo, al Premio Nobel de Economía Milton Friedman se le ocurrió decir algo que tuvo mucha influencia en el mundo empresarial hasta nuestros días, dijo que la única responsabilidad social en las empresas es la de maximizar las utilidades para los accionistas; por varias décadas esa visión guió las decisiones de muchos directores que enfocaron solo la rentabilidad descuidando el impacto de sus empresas en la comunidad alrededor.

Claramente quien pone un restaurante, un consultorio o una compañía en el giro que sea lo hace para multiplicar su inversión, pero eso, igual que la típica idea de que se pone una empresa para generar empleos, es solo una consecuencia.

Un negocio se hace primero para intentar resolver las necesidades de un grupo de personas en la idea de que, si se hace bien, ese grupo pague por el valor que recibe, hasta entonces podremos maximizar los beneficios de los inversionistas y de muchos otros grupos de interés.

Todo comienza en tus clientes, cuídalos y multiplícalos, la forma de crecer un negocio no es inyectando más capital ni contratando a más gente, es logrando servir a más personas este mes respecto al anterior.

Pregúntate a qué nuevos clientes puedes llegar con tus mismos productos o servicios y qué nuevos productos o servicios puedes generar para tus clientes actuales, crece con ellos en la mira y no con el dinero en la mira porque te vas a frustrar, especialmente cuando notes que en un negocio siempre te quedas con menos dinero del que generas.

Si pudiéramos ver la utilidad de todas las unidades económicas del mundo, del tamaño que sea, veríamos que no supera un 10 o 20 por ciento, lo cual en ciertas industrias y en ciertos momentos es mucho decir, eso significa que para que puedas tomar 10 o 20 pesos como ganancia debes aceptar repartir 80 o 90 por ciento de lo que facturas entre tus colaboradores, proveedores, a veces entre tus inversionistas y siempre entre la comunidad en forma de impuestos, si eso no es impacto social ¿qué puede serlo?

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La gente cree que todo lo que entra a tu cajón del dinero es ganancia y sorprendentemente algunos empresarios creen lo mismo, que no te pase, haz bien tus cuentas, haz un buen negocio y hazlo por la razón correcta, haciendo ganar a tus clientes para que tú y toda la gente que depende directa o indirectamente de ti también gane, hazlo con Maestría.  

Fe y oficio.

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