Si cada decisión o acción en tu negocio debe pasar a través tuyo, estás restando valor a toda tu operación.

No hagas depender tu negocio de ti, algunos lo llaman riesgo de concentración y es probablemente el más grande de los riesgos que enfrentarás en el ámbito empresarial tan solo porque es el que verás o el que menos querrás ver, nunca tendrás el suficiente tiempo o atención como para hacerte cargo de todo, no te conviertas en un cuello de botella que estrangule tu negocio.

Cuando inicias es entendible e incluso necesario que uses muchas cachuchas, que tengas muchos trabajos, igual a cargo de la administración que de la venta o igual gestionando la nómina que la innovación, es así porque estás apenas descubriendo cómo aportar valor duradero y eso requiere de todo tu ancho de banda, pero para ir a la siguiente fase y expandirte, seguir funcionando así solo te detendrá.

Por más que te guste la operación y por más artista que seas en la especialidad del negocio, date prisa en segmentar esa genialidad en una secuencia de pasos y deja que otros hagan cada uno por ti, no hay forma de escalar si no compartes las tareas.

Ten siempre presente que lo tuyo en la dirección no es hacer el producto sino el negocio, visualiza dónde éste debe estar en el futuro y comparte el poder de acción e incluso de decisión con gente que te ayude a entregar valor sin que eso requiera de tu contribución directa.

Hazte innecesario/a en la operación para que en el algún momento seas igualmente innecesario/a en la dirección y puedas retirarte a disfrutar de la máquina que has creado, lograrlo dependerá sobre todo de que te apalanques con buena gente alrededor.

Contrata las mejores habilidades y experiencia que puedas pero sobre todo contrata la mejor actitud posible, trae gente positiva, que sepa y quiera comunicarse y cuida especialmente que sea entrenable, sus competencias y trayectoria te servirán hoy pero quizá no en el futuro, así que más te valdrá hacer equipo con ese tipo de personas raras que quiere seguirse actualizando; cuando la encuentres, dales espacio y dales confianza, la gente queremos libertad, así ha sido siempre.

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Tú crea la partitura, mantente cerca para ver que asimilen bien la pieza que van a tocar y que sepan tocarla al unísono, y entonces salte de la sala y deja que hagan lo que mejor saben hacer.

No quieras ser el protagonista, sé el/la director/a, quita los límites a tu pensamiento y a tu ego y forma un equipo que te ayude a escalar, hazlo con Maestría.

Fe y oficio.

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