Jocko Willink, oficial retirado de la Marina de los Estados Unidos, en su libro Extreme Ownership, asegura que tu trabajo como líder, además de mantener la ventaja, es mantener a tu equipo operando al más alto nivel, para él, la única medida significativa de tu liderazgo es si tu equipo tiene éxito o fracasa.

Y es que no hay malos equipos, solo malos líderes, si tu gente no está haciendo lo que debe, debes examinarte tú primero pues tu liderazgo marca la pauta de un rendimiento alto o bajo, como dice Eric Schmidt, ex-Director de Google, toda organización suele ser la sombra alargada de una persona, así que pon un buen ejemplo y, ante todo, mantén el buen juicio, en especial cuando haya que responder a imponderables.

Alimenta tu claridad de pensamiento, es clave para mantener la calma cuando las cosas no salgan como esperas, lo cual pasará mucho, cada día tendrás suficientes pretextos que desafiarán tu capacidad para tomar buenas decisiones y por ello, como dice Willink, debes aprender a enfriarte bajo fuego.

En el avance de todo proyecto siempre hay ruido y caos y solo aprendiendo a alejarte mentalmente de la situación podrás descubrir el mejor camino; haz mindfulness o yoga, pero esencialmente ábrete a los comentarios de tu equipo, como dice Willink, aunque el ego nos impulsa a ganar y a ser mejores, el exceso de confianza en ti mismo es riesgoso en un entorno cambiante, evita que tu ego sea más importante que la misión compartida, muchas veces micro-gestionamos solo por ego, porque creemos que nadie hace las cosas mejor que nosotros, que no te pase, nadie es más inteligente que el resto estando juntos, dale confianza a tu equipo, crea un mando descentralizado, que tus líderes de línea sean quienes lideren en el campo, tú administra la misión global y dedícate a darles los recursos necesarios para ganar, especialmente dales la seguridad de que los respaldarás incluso si la decisión que toman al final no lleva a un buen resultado.

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Hay líderes que no se despegan de la operación y otros que se mantienen alejados del frente, con autoridad pero sin idea de lo que sucede, tú mantente cerca y listo para moverte a donde se te necesite, quizá debas micro-gestionar en algún momento pero que sea sólo mientras tu colaborador o equipo se encarrila otra vez, no te involucres tanto como para ser absorbido por el día a día pero tampoco estés tan alejado que no sepas lo que pasa. Al entrar al juego es fácil perderse en los detalles, no quieras apropiarte de ellos, mejor aprópiate de la imagen completa y de los problemas que inhiben el desempeño de tu equipo, hazlo con buen juicio, y con Maestría.

Fe y oficio.

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